Primeros pasos del fonógrafo Edison en España
diciembre 7, 2016 on 8:00 pm | In arte sonoro, colección, hist. sonido y música electrónica | No CommentsAyer, mientras visitaba en la Fundación Telefónica la exposición “1, 2, 3 ¡Grabando!”, al ver los fonógrafos Edison (1847-1931) con los que se inicia la muestra, recordé que no muy lejos de allí, en el número 10 de la calle Montera, en 1894, existió un gabinete donde los clientes podían disfrutar de la escucha de grabaciones. Alguna revista de la época dio cuenta de aquella novedosa inciativa denominada “El Espectáculo Científico” del Sr. Pertierra.
Os dejo la noticia y el grabado del Salón del Sr. Pertierra que apareció publicado en “La Ilustración Española y Americana”, el 22 de mayo de 1894. También he incluido la nota de prensa que apareció al año siguiente “La Ibérica”.
La Ilustración Española y Americana, 22 de mayo 1894. Edison llama al fonógrafo su hijo predilecto, y con razón puede envanecerse de él, con ser tantas y tan grandes sus glorias de inventor. Precedentes tuvo, que no hay invención ni descubrimiento que no los tenga, de modo que á cada inventor se le pueden señalar siempre sus precursores. Entre éstos hay siempre poetas, Lope de Vega adivinó el telégrafo el día que escribió aquellos admirables versos:
Con la rapidez del rayo
Las noticias han venido,
Y quién sabe algún día
Vendrán con el rayo mismo.
Villarroel predijo la Revolución francesa, y Cirano de Begerae presintió el fonógrafo, al describir, en su Historia cómica de los Estados e Imperios de la Luna, aquel libro que se leía con los oídos, pues en vez de letras tenía sonidos.
Hoy tenemos libros de estos merced á Edison, quien en 1887 nos dio el primer modelo de su ingeniosísimo aparato, y el 1889 el modelo perfeccionado que puede verse en el salón del Sr. Pertierra. El primitivo fonógrafo era un cilindro de madera rodeado de una capa de estaño, en la que cierto estilete, sujeto á una membrana vibrante, dejaba marcada la huella. El actual es también cilíndrico, pero hecho de cera, y por estilete tiene un rubí adherido al tambor-placa resonante. En el primero transmitía el movimiento con un pedal, y en éste por la electricidad, dando uniformidad al movimiento un árbol de espiral de paso de tornillo de décima de milímetro.
Quizás el principal vulgarizador del fonógrafo en España ha sido el Sr. Pertierra, dueño del Espectáculo Científico de la calle Montera, núm. 10, en el que este asombroso aparato se halla instalado como corresponde á su grandeza. Está colocado sobre una vitrina, entre dos estatuas que sostienen dos luces eléctricas, y de él parte un tubo que transforma el sonido-voz hablada, canto, orquesta, etc… á diez y seis tubitos más que terminan en dos auditores de caucho ó cristal, los cuales se aplica á los oídos el público colocado alrededor de una barandilla cubierta de peluche. En medio ser ve un hermoso busto de una mujer en actitud de escuchar. Finalmente, al medio de un lienzo del salón está el retrato de Edison, que parece presidir el acto.
Por este salón ha pasado medio Madrid, y el fonógrafo conserva la voz de distinguidos artistas, y hasta de algún orador de nuestro Congreso.
La Ibérica, 22 de mayo 1894. Continúa tan favorecido por el público como el año anterior, el fonógrafo establecido por el Sr. Pertierra en la calle de la Montera, 10.
Son muy del agrado del auditorio las jotas cantadas por el famoso Royo del Rabal, de Zaragoza, y las pintorescas vistas del Panorama Imperial.
El Sr. Pertierra se ocupa estos días en aumentar, con cilindros impresionadas con la voz de cantantes notables, la ya rica colección que posee.
* * *
Por último, es menester recordar que la primera exhibición pública del fonógrafo Edison en España se sitúa en el Ateneo libre de Cataluña el 12 de septiembre de 1878, apenas un año después de su invención. Este histórico evento fue recogido en las páginas del semanario “La Academia” el 30 de octubre del mismo año.
La Academia, 30 de octubre 1878. El día 12 de Setiembre el salón del Ateneo libre de Cataluña estaba lleno por completo de personas ávidas de conocer el más sorprendente de los invento del norteamericano Thomas A. Edison. Aquella noche, por primera vez en España, se practicaron pruebas completas en el fonógrafo.
Nuestros lectores conocen ya el aparato. Es sencillo, casi infantil. Un amigo nuestro, entre el asombro que le produjo el oírlo, decía expresivamente: “Si lo hubiese inventado un parisiense, hubiera hecho de él una muñeca que hubiera sido la novedad del día de año nuevo.”
Se compone sólo de tres partes esenciales. Una membrana que vibra, un estilete unido á la membrana que imprime las vibraciones y un papel de estaño que recibe la impresión. Las demás partes son accesorias. El modo de funcionar es más sencillo todavía. Los sonidos, que se dirigen directamente á la membrana, lo ponen en vibración, y ella á su vez hace vibrar el estilete. La punta de este descansa en el papel de estaño, que va pasando, y, al pasar, recibe, por el movimiento del estilete, ranuras más o menos profundas, que aparecen como una línea de puntos. Impreso ya el papel de estaño, basta colocarlo de nuevo en la situación que tenía al empezar la operación y repetir el mismo movimiento. El estilete que descansa sobre el papel se ve obligado á seguir de nuevo las ranuras producidas, lo que comunica á la membrana un movimiento vibratorio igual exactamente al que hizo anteriormente y, como es natural, se reproducen los sonidos impresos.
El tan ilustrado como modesto físico y constructor de aparatos en Barcelona, D. Tomás Dalamau, dirigió los experimentos, además de presentar el aparato de Edison con varias modificaciones, entre la que es notable la de sustituir el mecanismo de relojería que tiene para dar movimiento al cilindro que lleva el papel de estaño, por una maquinita electro-motor Gramme, con lo que se consigue mayor constancia, regularidad y duración de la marcha de la plancha fonográfica. En la velada que describimos se probaron membranas de acero, de marfil y hasta de pino, y todas dieron excelentes resultados.
Los experimentos que se hicieron fueron de palabra hablada y de canto vocal é instrumental, á solo y á duo, pues que el maravilloso aparato con un solo estilete y una sola membrana reproduce exactamente la armonía, habiendo dado todos satisfactorios resultados. Los profesores músicos que estaban presentes notaron con asombre que cada vez que la membrana no puede reproducir una nota por demasiado aguda, cual si fuere un ser inteligente y conociera las leyes de contrapunto, da la misma nota baja de una octava cabal.
Hízose hablar al fonógrafo en castellano, en catalán, en gallego, en francés, en alemán y en inglés. Hízosele cantar seguidillas españolas, y trozos de los principales maestros, y con la misma fidelidad reprodujo los picarescos cantares de nuestras zarzuelas, que el aria de Rosina en el Barbero, el de de Norma y Adalgisa y el bajo y barítono en los Puritano.
Tomaron parte en la experimentación las distinguidas señorías de Werhle y de Rovira, el tenor Sr. Rincón, el bajo Sr. Puiggener, á todos lo que y al fonógrafo acompañó al piano el profesor Sr. Mayol.
Todas las personas que asistieron á la velada, entre las que se distinguía el Excmo. Sr. Capitán general Cataluña, Sr. Blanco y varios señores catedráticos, se asociaron con entusiasmo al mensaje que el Ateneo libro mandó al célebre Edison, expresándole la admiración que siente por su genio; siendo de notar que el mensaje se le mandó en un plancha fonográfica, que colocada en su aparato en Norte América, le dejará oír la voz de los que desde España le felicitan. Será quizá la primera vez que se habrá verificado lo que hace un año hubiéramos creído absurdo.
El célebre genio, cuyo retrato lleva nuestra página primera, nació en febrero de 1847 en el condado de Eire (Ohio), y ya desde su adolescencia manifestó vivísima vacación por las ciencias físicas, empezando en tan temprana edad á dar pruebas de su extraordinaria potencia creatriz. Sus primeras invenciones fueron consagradas á perfeccionar los aparatos telegráficos, debíendosele el stock-telegraph, que trasmite los números con mucha mayor rapidez que el sistema Morse; el cuádruple telégrafo, que permite expedir a la vez y por un mismo hilo cuatro despachos, y finalmente, el electro-motografo, en una simple combinación química suple al empleo del magnetismo. Con tal continuidad y en número tan asombroso (pues pasan ya de 150) han ido sucediéndose los partos de tan fecundo genio, que su enumeración completa requeriría registro perpetuo. Entre sus invento recientes sobresalen la pluma eléctrica, el fonógrafo (de cuyas aplicaciones y descripción nos ocupamos en el presente número al reseñar la sesión experimental celebrada en el Ateneo libre de Cataluña), me megáfono, el aerófono y el electro-tarimetro. La noticia de palpitante actualidad trasmitida por la prensa de Nueva York relativa á su último descubrimiento sobre la aplicación de electricidad á los alumbrados público y doméstico por la subdivisión del foco en millares de luces ha causado honda sensación en los mercados europeos y áun cuando el asunto está sub-judice, y no falta quien se empeñe en desvirtuarlo, no creemos que deba rechazarse sus posibilidad, mayormente tratándose de atleta de la inteligencia que nos tiene acostumbrados á ver traducido en hecho práctico lo que ántes á duras penas hubiera osado imaginar la más soñadora fantasía.
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