Si hubiera que definirlo en una frase, podría decirse que Ballet Radar en un disco-homenaje. Un reconocimiento musical a una forma de entender la música (o lo que es lo mismo, la vida) en la que comercialidad, el mercantilismo y los ritmos pegadizos no existen y conceptos "anacrónicos" como la coherencia, la pasión y, por ejemplo, la amistad vuelven a tener sentido.

El proyecto de Ballet Radar surgío en la mente de Justo Bagüeste (artífice del colectivo IPD) como una necesidad casi física, como una muestra de justicia poética que indefectiblemente guía nuestra vida y una manera de corresponder a todo lo que el bar Radar de la calle Amaniel de Madrid le habia aportado a este músico durante un año de existencia. Un reducto didicado a la música experimental electrónica en el que se han reunido algunos de los músicos más radicales de este estilo, aficionados de todas las épocas y miembros de las últimas generaciones del techno que intuyen que la música electrónica sirve para algo más que para quemar colorías y conseguir que se mantenga el "subidón" de la sustancia química de turno.

El Ballet Radar es una especie de fiesta sorpresa para Sevi (el invetor de este bar del que, con los años se hablará como del Rock Ola o del CBGB de Nueva York) en la que participan casi todos músicos y disc jockeys habituales del local y algunos pocos que, aunque no vayan normalmente por él, comparten el espíritu radical e independiente de Radar.

El proceso de eleboración del disco no fue sencillo. Justo Bagüeste creó una base rítmica sobre la que cada artista tenía que "encajar" su creación musical de un minuto. Se mandó la base a cada uno de ellos (algunos, como Da Costa o Saverio de MSB estabn en Berlín o Roma), los músicos (o no-músicos) enviaban su composición en el formato que mejor les parecía y después el ingeniero mago Guillermo Quero y Justo Bagüeste se dedicaban a sudar tinta para "bordar" los sonidos sobre la base que ya se habia creado. El resultado es un disco que podría considerarse histórico, en el conviven artistas de ambitos ajenos al de la música eletrónica como el compositor Tomás Garrido, con clásicos de la música experimental o industrial, con disc jockeys super vendedores del techno más actual o jóvenes promesas de la electrónica. Un ballet coreografiado por Bagüeste y con el vestuario de Xflash (la parte visual del colectivo IPD), en el que cada una de las piezas juega un papel imprescincible, como en una partida viviente de ajedrez. I.P.D.

Idea orginal de Justo Bagüeste
Producido por Justo Bagüeste y Guillermo Quero
Diseño de XFlash
Serigrafía por Manuel Gordillo
Texto de Silvia Grijalba


 

 

I.P.D.
Ballet Radar

Edición Cd de 300 copias
1999, Radar (Electronic Sounds Bar)

 

01 Exhaustor
1' 39''
02 Radar 1' 31''
03 Big Toxic 1' 32"
04 Dynamo 1' 40''
05 Silvania 1' 29''
06 J.M. Costa & Pieper 1' 29''
07 Óscar Mulero 1' 24''
08 Tomás Garrido 1' 28''
09 Coeval 1' 26''
10 Proyecto Mirage 1' 48''
11 Groof 1' 29''
12 Suso Saiz 1' 33''
13 Yke 1' 01''
14 Invasión Divina 1' 35''
15 Morgana 1' 32''
16 Ángel Álvarez 1' 31''
17 Saverio Evangelista 1' 29''
18 HD Substance 1' 35''
19 Guillermo Quero 1' 42''
20 Markus Breuss & Víctor Vázquez 1' 38''
21 Francisco López 1' 13''