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Publicado en Resonancias con permiso del autor - (c) 1997-2003 Sergi
Jordà Puig
Introducción
El audio digital acaba de cumplir cuarenta años.
Más de uno se asombrará con semejante afirmación,
pero lo cierto es que la aplicación de la informática al sonido
es casi tan antigua como los propios ordenadores. Lo que tal vez
no preveían aquellos visionarios pioneros era la importancia que
este fenómeno iría tomando con el tiempo. Tanta, que hoy en día,
el ordenador está presente en todas las facetas de la creación musical,
en la composición, la interpretación, la grabación, la producción
y la reproducción.
Lo que durante años fue casi un “secreto” en manos
de centros de investigación privados o universitarios, sufrió una
primera democratización hace algo más de una década, con la llegada
del MIDI y del disco compacto, dos muestras muy diferentes de las
posibilidades del ordenador en el campo de la música. Desde entonces,
pocos son los músicos profesionales que no aprovechan en alguna
medida el enorme potencial del MIDI y, muchos menos, los aficionados
que siguen reproduciendo aquel rito consistente en sacar el vinilo
de su funda flexible y levantar con cuidado el brazo del tocadiscos.
La segunda revolución se está produciendo ahora
mismo, y su líder tiene un nombre: “multimedia”. Como todos los
cambios, éste tiene su aspecto positivo y su aspecto negativo.
Por un lado, ha abierto la posibilidad teórica de que cualquiera
pueda participar, casi en igualdad
de condiciones, en la vorágine del mercado musical y, lo que es
más importante, está fomentando el surgimiento de nuevas formas
de entender y de crear la música. Como contrapartida, los ordenadores
se han llenado de muchas “musiquillas” totalmente prescindibles,
trivializando al máximo el fenómeno de la creación musical. Y en
consecuencia, han proliferado también en revistas “especializadas”
en multimedia un sinfín de artículos poco claros y nada rigurosos,
en muchos casos plagados incluso de incorrecciones y barbaridades,
que han colaborado a enmarañar este campo y a confundir totalmente
al aficionado.
Para hacer música, no hay desde luego nada como
saber música, pero este conocimiento (cada vez más relativo) no
es ni estrictamente necesario ni siquiera suficiente. Hasta hace
poco, cuando uno sentía esta necesidad y no poseía demasiados conocimientos,
solía plantearse dos opciones: o ponerse a estudiar, o coger una
guitarra, un micro o una batería. Y la historia más reciente nos
demuestra que por este último camino también se puede llegar a obtener
resultados muy loables. Ahora, puede además, coger un ordenador.
Como cada medio, éste posee
sus propias reglas, exigencias y peculiaridades. Desde este libro
no le podemos enseñar a hacer música “interesante”, pero sí al menos
a que conozca las herramientas de que dispone, las principales mejoras
que podría incorporar a su sistema informático-musical, y los muchos
trucos que le permitirán enriquecer cualquier resultado. Y le ayudaremos
también a tener nuevas ideas, ya que éstas surgen con mayor facilidad,
cuando mejor se conoce el medio con el que se trabaja. Tenga en
cuenta que, en la música informática, la agilidad mental es más
importante que la agilidad “digital”1
Y si usted no siente deseos, o no se cree capacitado
para componer, probablemente tiene la curiosidad de saber cómo funcionan
estas cosas, de conocer más a fondo para qué sirve la tarjeta que
se oculta en las entrañas de su ordenador (si no fuera así, no estaría
leyendo esta introducción). En este caso, su curiosidad quedará
satisfecha. Y quién sabe, tal vez incluso le acabe picando el gusanillo…
Después están los programadores, que intuyen el
potencial que se oculta tras el MIDI y el audio digital, pero no
encuentran la información necesaria. Para ellos, dedicamos dos extensos
capítulos a la programación MIDI, con ejemplos operativos en Visual
Basic y en lenguaje “C”.
Por último, este libro también tiene bastante que
aportar a los músicos que trabajan con el MIDI desde hace tiempo,
y que dominan con soltura sus aspectos más prácticos. Aquellos que
acaban de cambiar de ordenador, y que se han decidido a jubilar
aquel Atari que tan buenos momentos y resultados les ha proporcionado,
podrán descubrir todas las prestaciones de un sistema que, como
el PC de hoy en día, es mucho más potente y abre un sinfín de nuevas
posibilidades (samplers económicos,
grabación multipista a disco duro, etc.). Y los que deseen consolidar
sus conocimientos y profundizar en los aspectos más teóricos de
las tecnologías que usan a diario, también encontrarán aquí una
importante fuente de conocimientos, así como una rápida referencia
para muchas de las dudas que les puedan ir surgiendo. Varios cursos
de informática musical, impartidos a estudiantes de cierto nivel,
me han evidenciado que muchos conocimientos, supuestamente básicos,
no siempre están tan claros como cabría esperar.
Cómo usar este libro
La idea de este libro surgió a raíz de varios
cursos de informática musical y programación MIDI impartidos en
el Institut Universitari de l'Audiovisual,
de la universidad Pompeu Fabra de Barcelona, al observar que la
bibliografía sobre el tema, sigue siendo hoy bastante reducida.
La mayoría de libros interesantes están en inglés y no son además
fáciles de conseguir. Los pocos publicados en castellano, son, salvo
honrosas excepciones, demasiado superficiales o han quedado desfasados.
La intención inicial era dar una base sólida y completa tanto para
el músico que comienza, como para el que desea consolidar sus conocimientos,
en el área de la informática musical.
Por otro lado, es innegable que con el auge del multimedia,
existen muchos nuevos usuarios con inquietudes y disposición, que
no encuentran la información necesaria para comenzar a adentrarse
en estos terrenos. Por ello, este libro intenta combinar los aspectos
teóricos fundamentales que rigen el sonido digital y la música por
ordenador, con las posibilidades prácticas que los ordenadores multimedia
ofrecen hoy en día. Cuando ha habido que elegir una plataforma y
un sistema en los que mostrar los ejemplos y los productos actualmente
disponibles, la elección ha recaído sobre el PC y el sistema operativo
Windows (especialmente la versión 95).
Los productos cambian muy rápido, y es por ello peligroso
aconsejar determinadas aplicaciones o dispositivos de hardware,
pero creemos que el salto cuantitativo importante que se ha producido
en el terreno de los ordenadores PC compatibles durante los años
1995 y 1996, dejará sus secuelas durante cierto tiempo.
Material necesario
Se asume que el lector dispone de un ordenador
y de una tarjeta de sonido. Si no fuera así, en los capítulos 11
y 12 se estudian las tarjetas de sonido en profundidad, lo cual
puede servir de ayuda a la hora de adquirir una. En los capítulos
5 y 6 es conveniente la utilización de un software editor de sonido
para aplicar los conceptos tratados. El libro no sigue ninguno en
particular, aunque en esos capítulos, se recomiendan varias utilidades
shareware. Más adelante se estudia
el software secuenciador, también de forma genérica, por lo que
sería muy conveniente que el usuario dispusiera de uno, así como
de un teclado MIDI. Muchos de los programas shareware
o de dominio público que se mencionan a lo largo de la obra pueden
obtenerse en Internet, y en un apéndice se incluyen algunas direcciones
interesantes.
Esquema general de la guía
Como reza el título, este libro trata dos grandes
temas, que en la práctica se combinan, pero que están conceptualmente
separados: el audio digital y el MIDI. Nos ha parecido incuestionable
comenzar por el audio digital, para pasar después al MIDI, y mostrar
finalmente en el último capítulo el inmenso potencial que ofrece
el uso combinado de ambas tecnologías; posibilidad que en el terreno
de los ordenadores compatibles está disponible, a nivel masivo,
sólo desde 1996.
Aconsejamos una lectura
progresiva, aunque el lector impaciente podrá saltar de un tema
a otro intentando respetar los bloques que se indican a continuación.
Asimismo muchos de los capítulos podrán ser utilizados para consultas
posteriores, por lo que hemos dedicado un especial esfuerzo en facilitar
la localización y el acceso a informaciones puntuales.
El audio digital se
trata en los capítulos 1 a 6. El capítulo
1 estudia principios básicos de acústica musical y el capítulo
2, los aspectos fundamentales del audio digital. Aunque en ambos
se han evitado complejas fórmulas y demostraciones matemáticas,
incluyen todo lo necesario para la comprensión de lo que sigue.
Un lector con conocimientos en ambos campos podría tal vez saltárselos,
pero un breve repaso le ayudará a refrescar la memoria y a aclarar
conceptos.
El capítulo
3 explica las peculiaridades y el uso del audio digital en los
ordenadores, de forma totalmente independiente de cualquier plataforma.
El capítulo 4, se centra en cambio
en la implementación que del audio digital hace Windows 95 (indicando
cuando las hubiera, las particularidades de Windows 3.1), y aunque
su contenido teórico es muy escaso, ayudará a cualquier usuario
de este sistema, a configurar bien el ordenador, a comprender sus
peculiaridades y a realizar las operaciones más básicas (digitalización
de sonido, control del mezclador, etc.) algunas de ellas fundamentales
para el resto de la obra. Un usuario de otra plataforma (Apple,
Unix, etc.) podrá saltarse este tema.
En los capítulos 5 y
6 se explican los procesos típicos disponibles en un programa editor
de sonido. En ambos se describen ejemplos con varios programas de
Windows (en su mayoría de dominio público), por lo que para seguirlos
sería conveniente que el lector dispusiera de algunos de ellos.
Las técnicas descritas en el capítulo
5 pueden considerarse más básicas, mientras que las del capítulo
6 implican un contenido teórico superior. Por ello, se discuten
también de forma sencilla algunos conceptos de proceso digital de
señal.
Los capítulos 7 a 14,
tratan del MIDI en general. El capítulo
7 es una introducción al tema, que podrán saltarse los que lleven
tiempo trabajando con él. El capítulo
8, trata en cambio todos los mensajes MIDI en profundidad, por
lo que es de lectura (y relectura) obligada. En algunos puntos se
asumen ciertos conocimientos informáticos básicos (sistema binario),
por lo que es posible que, en el primer acercamiento, este capítulo
pueda parecer un tanto denso, pero está estructurado de forma que
permita una utilización como referencia rápida. Por ello, si la
primera lectura se le hace excesivamente farragosa, podrá volver
a él siempre que necesite reafirmar sus conocimientos.
El capítulo
9 cubre la síntesis digital. En principio está enfocada a los
sintetizadores MIDI y al sampler,
pero también podría leerse como continuación del capítulo 6. En
cualquier caso incluye muchos aspectos fundamentales que serán desarrollados
en los capítulos 11 y 12, dedicados a las tarjetas de sonido.
Los capítulos 10, 11
y 12 se dedican al hardware MIDI. En el 10,
se tratan brevemente desde los dispositivos más frecuentes (como
el teclado) a otros que no lo son tanto. No se trata de adquirirlos
todos, sino de obtener una visión global de la multiplicidad de
enfoques permitidos y de las posibilidades actuales. Los capítulos
11 y 12 se centran en
las tarjetas de sonido. Primero de forma más teórica, estudiando
los diversos tipos y sus características, para realizar, en el capítulo
12, un análisis comparativo de los modelos más aconsejables,
disponibles a principios de 1997.
Los capítulos 13
y 14, tratan sobre el software
MIDI. El primero se dedica por completo al secuenciador, el programa
más importante de todo estudio MIDI, mientras que en el segundo,
se contemplan los restantes tipos de programas disponibles. En ambos
casos se analizan las prestaciones de varios paquetes disponibles
para Windows.
Los capítulos 15,
16 y 17, cubren varios aspectos de la configuración, gestión y programación
MIDI en Windows. El primero es obligado para entender las peculiaridades
de este sistema operativo en lo que al MIDI se refiere. Los dos
siguientes se reservan para los programadores. El capítulo
16 trata el uso de comandos MCI, mientras que el 17
se centra en la programación MIDI de bajo nivel. Ambos pueden estudiarse
de forma independiente. En los dos casos puede resultar conveniente
repasar previamente el capítulo 8. Finalmente, en el capítulo
18 se abordan las nuevas posibilidades de integración del MIDI
y el audio digital, para finalizar con un repaso de los dispositivos
analógicos imprescindibles en todo estudio de música por ordenador.
Termina el libro con
tres apéndices. El primero, destinado a aclarar algunos términos
y conceptos musicales, está pensado para el lector con escasa
formación musical. En el segundo se presentan en modo de tablas,
algunas especificaciones técnicas referentes
al MIDI, mientras que en el tercero se incluye una lista comentada
de direcciones en Internet, relacionadas
con la informática musical.
Agradecimientos
Me gustaría dar las gracias a todas aquellas personas que a lo largo
de los últimos diez años me han ayudado o encaminado a seguir en
el campo de la informática musical, y en especial a Adolfo Nuñez
del Laboratorio de Informática y Electrónica Musical de Madrid y
a Xavier Serra de la Fundaciò Phonos de Barcelona. También quisiera
agradecer a Marisa Manchado y a Gabriel Brncic por haberme animado
a seguir componiendo en algunos momentos en que no lo he tenido
tan claro, a Marcel.lí Antúnez que me fuerza, con sus propuestas,
a descubrir cada día nuevos horizontes informático-creativos y a
Cristina Casanova que ha colaborado en las imágenes del libro y
con sus apreciaciones, sugerencias y acertados comentarios.
Sergi Jordà, Barcelona 1997.
[1] De "dedo" ¡no
de "dígito"!
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