Música laptop – el aura falsificadora en la era de la reproducción infinita
Kim Cascone Ago. 2002 laptop music, cascone, cultura pop, industria discográfica
“La función de la música se diluye gradualmente cuando su “sitio” cambia, cuando la gente comienza a escucharla en silencio e intercambiarla por dinero. Es entonces cuando emerge una batalla por la adquisición y venta de poder, una economía política”. (I) Apenas han pasado 200 años desde la primera grabación del sonido, tiempos en los que los músicos eran libres de tocar en público (excepto la ópera y los juglares, que están fuera del interés de este ensayo). Hasta la aparición de las salas de concierto en el siglo XVIII, la música se interpretaba principalmente en los actos de socialización de las iglesias, en las cortes europeas y en los círculos aristocráticos, donde el trabajo de los músicos y ellos mismos eran propiedad de sus empleadores. Una vez liberado, el acto de interpretar la música evolucionó del servilismo al mercantilismo y se convirtió en un intercambio, es decir, la traducción de un valor en dinero. La interpretación musical, ahora distanciada de los ritos ancestrales de socialización, crea una relación polarizada entre el intérprete y la audiencia. Esta polaridad creó una distancia o “aura” que imbuía al intérprete de una autenticidad que ayudaba a forjar el valor de su trabajo. Aunque una interpretación tiene lugar en el “momento”, la creación original de la música, la “partitura”, sucede en un tiempo y espacio diferentes. La audiencia llegó a entender que la música que está siendo interpretada (como interpretación, no improvisación) no era creada en el momento a tiempo real, sino que el trabajo de creación sucedía separadamente al trabajo de la interpretación. La música como se percibía en una sala de concierto se convirtió en un “arte interpretativo” tomando prestados códigos de representación de las artes escénicas del siglo XVII en Francia “en las que los disfraces, la danza y decoración escénica eran más predominantes que la actuación en sí”(II). Este influjo de códigos teatrales evolucionó en elementos de espectáculo. “La música anuncia que la economía política del siglo XIX solamente puede ser teatro, un espectáculo atrapado por la historia”. (III)

 

Repetición y Desplazamiento
“Dicho de forma simple, la representación en el sistema de comercio es lo que surge de un acto singular, la repetición es la que se produce masivamente”.(IV)

Se necesitaron varios años antes de que las grabaciones fonográficas conteniendo interpretaciones musicales fueran comercializadas en masa. Al principio la experiencia de escuchar voces que salían de una máquina era algo sobrenatural – algunos decían que el fonógrafo era un fraude, un truco parlante o un acto de ventriloquia. El fonógrafo era la “caja fantasma”, un aparato que capturaba y reproducía las voces y música de gente que no existía. Con el tiempo la grabación fue aceptada como una forma de interpretación en directo llevaba a cabo por los por los fanáticos de la danza de principios del siglo XX. La grabación “transcribía, reproducía, copiaba, representaba, derivaba y sonaba como las actuaciones en directo”(V). La grabación presentaba una potente y nueva “aura” creada por la magia de la tecnología – tomada como desplazamiento, la magia de escuchar música emanando desde un lugar y momento por gente no presente de forma física.

Los avances de la tecnología del sonido dieron paso al estudio de grabación. La grabación pasó de ser un documento a un objeto artesanal de “eventos ideales, no reales”(VI). El producto final era creado por una línea invisible de montaje en la que participan compositores, músicos, productores e ingenieros, quienes crean un aura que opera a un meta-nivel del intérprete-estrella. El estudio de grabación se convirtió en un laboratorio en el que los artificios culturales eran mezclados, la tecnología musical podía mejorar, reparar o incluso crear una interpretación musical a través de la fusión de ciencia y arte. La magia tecnológica procuró al artista un aura/presencia inmensa a través de la grabación producida en un estudio. La expectación de los intérpretes por mantener y reforzar su presencia en conciertos llevó de nuevo a la apropiación de códigos propios del teatro. Diseños de escenario, disfraces, pirotecnia e iluminación sirvieron para crear un sentido amplificado del espectáculo que el propio disco no podía dar. El uso del espectáculo incrementó el sentido de distancia, distancia de lo mundano, distancia del objeto grabado, la distancia etérea de la realidad “fabricada”. Adoptando códigos más operísticos que teatrales, este tipo de espectáculo – la amplificación y fabricación del aura personal a través de la tecnología – resultó en un nuevo tipo de aura: el concierto de rock.

 

El aura falsificadora
“La música Pop retoma la imagen de la era folk del artista individual comunicándose directamente con su público. Milli Vanilli se convirtieron en los mártires del mito de autenticidad. Fueron el sacrificio de la industrial musical para probar la integridad del resto de su producto – como si la música comercializada con los nombres U2 o Janet Jackson no fuera construida y medida bit a bit, sólo porque las voces de los discos coinciden con las caras en los vídeos”. (VII)

Con la introducción del fonógrafo, el aura del intérprete musical ha pasado al disco, pero gracias al desarrollo de la tecnología de medios, ahora reside en un múltiples localizaciones simultáneamente. Dentro de la maquinaria que es la cultura pop, estas localizaciones están diseñadas para intercambiar y compartir energía: el aura en red. Por ejemplo, cuando Madonna saca un nuevo disco, una canción del álbum (el single) se pone en la radio, el vídeo se difunde en la televisión por cable, artículos y anuncios aparecen en la prensa, las tiendas de discos lo exhiben en sus escaparates y Madonna ofrece conciertos en estadios. A través de la interconexión que forman los sorteos, concursos, copias promocionales, listas de correo electrónico, sitios web y ficheros mp3 descargables, el motor de la promoción se engrasa para producir demanda.

El uso por parte de los medios del espectáculo, que poco tiene que ver con el valor real de la música, conspira por capturar y mantener una atención sobre el artista, por establecer una presencia omnipotente. Esta omnipresencia produce una demanda de discos conteniendo el aura del artista. Este sistema forma el aparato básico con el que la economía política de la música pop opera: la generación de demanda con un aura falsificadora. El aura pop es artificial, un sistema sintético de caricaturas, cada una diseñada para ser más predominante en un medio particular. El aura ya no reside en ninguna localización – una estrella pop sólo puede existir a través de la ingente red de presencia, que es potenciada por la conjunción de sus multiplicidades, es decir, el flujo de dinero.

Aunque no todas las formas de arte operan dentro de este sistema, la constante del mundo pop hace difícil al público descubrir música alternativa que opera en mercados sub-culturales.

 

La reducción de la Caja Fantasma
La reciente adopción del ordenador portátil en conciertos y festivales de músicos “post-digitales” (uso este término para abarcar el glitch, microsound, click-house, clicks & cuts, etc.) ha causado gran controversia entre promotores y público asistente. El testimonio de un promotor de conciertos en Australia: “Casi fui atacado una noche en Melbourne acerca del tema laptop, no quiero se etiquetado dentro del estereotipo “laptop”.(VIII) El estereotipo al que se refiere el promotor es el de que las interpretaciones laptop son consideradas una falsificación, un engaño. El antagonismo surge cuando un intérprete genera música por un proceso desconocido para la audiencia, usando tecnología más propia de un despacho de oficina que de una interpretación musical. El significado de herramienta de trabajo que supone el ordenador portátil está tan arraigado dentro del público que su uso como instrumento musical se considera una violación de los códigos de la interpretación musical. La audiencia se siente defraudada, porque el músico laptop parece estar reproduciendo ficheros de sonido desde su disco duro. El consiguiente descrédito del “estereotipo laptop” revela una clara desconfianza. En un CD del músico laptop Pimmon (IX) un MC presenta al artista después de una interpretación: “… y mientras estaba haciendo eso, se conectó a Internet para gestionar la devolución online de sus impuestos!”

Normalmente, la música interpretada en un portátil se presenta de un modo tradicional, enmarcada dentro de la polaridad intérprete-público. Este concepto es frustrante para la audiencia porque no es capaz de ubicar el evento sin la ayuda de elementos de espectáculo (la ausencia de códigos teatrales) que dan sentido a la “interpretación”. El aspecto gestual y espectacular desaparecen en los movimientos ínfimos de dedos y muñeca del intérprete. Desde la perspectiva del público el intérprete está sentado, quieto, mirando una pantalla iluminada mientras el sonido llena el recinto por un proceso “opaco”. La caja fantasma que es el portátil reproduce sonidos creados no en un espacio/tiempo desplazados, sino en la ausencia de espacio/tiempo. Al músico laptop se le percibe como un médium dirigiendo una sesión de espiritismo, donde los trucos de golpes en la mesa, objetos que se mueven y voces de espectros surgiendo de la nada se combinan para crear el efecto de autenticidad donde no existe nada realmente. Además, el artificio cultural provocado por el músico laptop es considerado como una falsificación, dejando a la audiencia incapaz  de determinar su valor real.

En una interpretación musical tradicional, el aura de la composición y el intérprete se combinan, aunque ambas se localicen de forma separada. Es fácil experimentar este hecho cuando un grupo toca versiones de canciones famosas. La composición tiene un origen obvio que se comunica a través del simple hecho de interpretarla. En una interpretación laptop, la composición no tiene un origen obvio, el intérprete no sirve como un conducto animado, y no hace nada para que el público sepa que existe dicha composición. Incluso la más perfecta interpretación de un músico laptop carece de un elemento: la existencia única del lugar donde debería ser creada. Esta combinación de ausencia de origen de la composición y la polarización artista-público dan a una interpretación laptop el carácter de “emisión”. En el siglo XXI, la música no será interpretada, será emitida. Sin embargo, en la actualidad el aura existe y reside en “la distancia que separa un sonido de sus orígenes”.(X)

 

Pop-Acousmatic
 “Hrvatski y Greg Davis usan ordenadores Apple Powerbook en sus actuaciones y se sienten incómodos por la falta de estímulo visual que esto genera.”(XI)  “Lo que la ausencia de identificación visual hace anónimo, unifica y favorece una escucha más atenta” (XII)

Afortunadamente, la historia de la música electroacústica proporciona un buen pretexto para forma aparentemente falsificadora de interpretar la música. Típicamente, en la música acústica automática, un compositor, sentado junto a un grabador de cinta, mesa de mezclas u ordenador, pulsa un botón y la música se “interpreta” para la audiencia. La comunidad de la música académica ha aceptado la música acústica automática sin la necesidad de “rituales sociales propiciados por la interacción de músicos de directo y audiencia”.(XIII) No existe sospecha de impostura porque esta audiencia en particular alberga poca capacidad de la expectación que la música pop impone, el aura que presenta este tipo de música está localizada en el contenido musical, no en la puesta es escena o el diseño de vestuario. La localización del aura en un trabajo de música acústica automática se consigue a través de otro tipo de códigos –que resultan innaturales para las audiencias de la cultura pop.

Aunque la sub-cultura de la electrónica se apropia de simbología de la música electroacústica, esta desnaturalización de los iconos culturales deja muchos de sus cimientos teóricos y culturales sin examinar. Sin caer en la presentación espectacularizada de la música pop ni en el mundo de la música electroacústica académica, los músicos laptop habitan un mundo inexistente construido a base de códigos adoptados de ambas. La economía política de la música electrónica/post-digital impone su rigidez dentro de un contexto pop incluso  si opera a un nivel sub-cultural de la corriente de masa. Por tanto, este contexto aflora muchos conceptos relativos al uso-valor, intercambio-valor. Siendo el más difícil cómo las expectativas que ponen en marcha condicionan e impiden el desarrollo de unos nuevos códigos de interpretación. La economía política del mundo pop produce demanda mediante la promesa de un valor disfrazado de la demanda de espectáculo.

 

El empuje de la Súper Cultura
 “Los contextos de la interpretación y su evaluación están estrictamente definidos, particularmente para al micromúsica que necesita definición o, al menos, una explicación pública para su exposición, comunes en los eventos que celebran la diversidad”. (XIV)

Uno de los problemas que experimentan las sub-culturas cuando están próximas a las súper-culturas (el mundo pop) es la gravitación alrededor de ellas para coexistir en una órbita parásita. Examinaré brevemente ambos puntos de vista. Adopción de tendencias: Las estrellas pop que buscan formas de ser “cool” han empezado a incorporar iconos de las culturas DJ y electrónica en sus directos o en los procesos de composición. Un ejemplo es el tour “Vespertine” de Björk donde dos músicos con portátiles disparaban loops y trozos de audio en el espectáculo. Sin embargo, la aportación de los portátiles en los conciertos pop es un flaco favor para conseguir la estabilidad del icono laptop. Sumergido en un mar de espectáculo pop, el icono flota a la deriva y se mantiene inestable, incapaz de transmitir aura, determinar un origen o demostrar su contribución a través del lenguaje gestual.

Iconos de reciclado: Al otro lado del problema, el músico laptop cae en la trampa de adoptar los códigos usados en la música pop – situando el aura en el espectáculo. Como muchos de los músicos actuales han llegado a la electrónica a través de su implicación en las sub-culturas de los DJ y la música dance, los códigos se transfieren para servir como una estructura familiar sobre la que operar. El uso de espectáculo como solución a la falta de estímulo visual sólo sirve para amplificar la confusión sobre la autenticidad y el aura, de ahí el “estereotipo del laptop”.

De cara a que el icono del laptop se estabilice se necesita una recuperación de los códigos que se alejan del uso del espectáculo, ese aura establecida, y mostrar a la audiencia cómo diferenciar la “representación a través de la máquina” de la “repetición de la máquina”. “Crear nuevas vías en el arte significa crearlas también en las mentalidades”. (XV)

 

"Gravity Handler" - Editado por CRC - MP3 e info:
www.ccapitalia.net/crc/gravity/

Ficha y MP3 participación en Klanmaschine:
www.ccapitalia.net/crc/encuentros/cascone-coeval.htm

Ficha y MP3 participación en Tendencias Post-Digitales:
www.ccapitalia.net/crc/tendencias02/cascone.htm

 

I. Jacques Atalli, “Noise: the Political Economy of Music”, Minneapolis; University of Minnesota Press, 1985.

II. “The History of Theater”, www.ebicom.net/~tct/oftheatre.htm, as of February 2002.

III. Jacques Atalli, “Noise: the Political Economy of Music”, Minneapolis; University of Minnesota Press, 1985.

IV. ibid.

V. Sarah Thornton, “Club Cultures, Music, Media, and Subcultural Capital” Hannover, New Hampshire; Wesleyan University Press, 1996.

VI. Simon Frith, “The Making of the British Record Industry, 1920 – 1964”, in “Impacts and Influences: Essays on Media Power in the Twentieth Century”, eds J Curran et al, Methuen, London, 1987.

VII. Ted Friedman, “Milli Vanilli and the Scapegoating of the Inauthentic”, Bad Subjects, Issue # 9, November 1993. http://eserver.org/bs/09/Friedman.html, as of February 2002.

VIII. email from a concert promoter in Melbourne Australia, June 2001.

IX. “Electronic Tax Return”, Pimmon, Tigerbeat, Meow016 CD

X. Jérôme Peignot, as quoted in Dhomont essay, Francis Dhomont, “Acousmatic, what is it?”, www.electrocd.com/notice.e/9607-0002.html, as of February 2002.

XI. Hrvatski, Greg Davis, Keith Fullerton Whitman spring tour, email announcement, February, 27 2002

XII. Francis Dhomont, “Acousmatic, what is it?”, www.electrocd.com/notice.e/9607-0002.html, as of February 2002.

XIII. Darrren Copeland, “Cruising For A Fixing - in this 'Art of Fixed Sounds'”, www.interlog.com/~darcope/cruising.html, as of February 2002.

XIV. Mark Slobin, “Subcultural Sounds – Micromusics of the West”, Hannover, New Hampshire; Wesleyan University Press, 1993.

XV. Gilles Deleuze, “Negotiations”, New York; Columbia University Press,1995.

 

Artículo publicado originalmente en el nº 107 de la revista Parachute (07-08-09 de 2002)
reproducido y traducido al castellano con permiso del autor y el editor

Traducción de Alberto Gutiérrez (Asociación CRC)