1 . Antecedentes
La confluencia de necesidades que se han ido
presentando a lo largo del siglo XX, en lo que respecta al sonido,
ha creado un panorama muy variado de tecnologías que se han incorporado
al quehacer musical y que hoy, en las postrimerías del siglo, se
dan por sabidas y aceptadas. La realidad a lo largo de los años
ha demostrado una vez más los tortuosos caminos de la innovación
y de la genialidad de ciertos individuos haciendo frente a situaciones
de incomprensión y de rechazo con palabras como "¿esto es música?",
"¡esto no puede ser música!".
No olvidemos que primero es la necesidad y
después la realización de una idea, aunque a veces pensemos que
sea al revés, cabe situaciones donde exista una convergencia y la
situación se produzca al mismo tiempo.
Richard Strauss y Schoenberg se preocuparon
en ampliar la orquesta con la adición de nuevos instrumentos, inventados
o imaginados, tal como la máquina de viento de "Don Quijote" o el
chasquido de cadenas y otros múltiples instrumentos de percusión
en los "Gurrelieder".
Los futuristas italianos capitaneados por Luigi
Russolo se dedicaron a construir grandes máquinas para hacer ruidos,
los "intonarumuori", imitando ruidos callejeros, máquinas, estruendos,
nuevos sistemas de transporte (aviones, autobuses, etc.), creando
verdaderas "sinfonías" con estos instrumentos.
En los estudios de UFA Berlín se iniciaron
trabajos utilizando las bandas ópticas del cine sonoro, fotografiando
imágenes en dicha banda y buscando la correlación imagen/sonido,
que después fuera hábilmente utilizado por el canadiense Norman
McLaren (1914) en sus cortometrajes tan populares en los años 50
producidos por el National Film Board of Canada, destacando "Blinkity
Blank"(1955).
Los estudios de Walt Disney en Hollywood fueron
grandes creadores de efectos especiales para películas, dado que
descubrieron el hecho de que los sonidos reales no eran utilizables
tal cual con los medios microfónicos existentes en aquel entonces,
por to tanto había que crear efectos imitativos, mucho más "reales"
que los grabados de la realidad.
El auge de la radio, en particular, después
de la segunda guerra mundial, requirió la creación de efectos especiales
radiofónicos para los famosos seriales que tendrían una gran audiencia
y precisaban de un gran realismo.
Paralelamente la música había evolucionado
a partir de Wagner por unos nuevos derroteros, con nuevas técnicas
y métodologías, pasando del concepto de música de salón a una música
para las masas, en sus vertientes música popular o de entretenimiento,
y música socialmente comprometida (no siempre del gusto del consumidor,
pero sí que le afectara, positiva o negativamente). La llamada música
popular derivaría del vals vienés y del folklore, a la música de
café estilo alemán, las danzas de origen americano, la música para
películas, las danzas afroamericanas, la música pop y sus derivados
más recientes. La música culta pasaría por el expresionismo (Schoenberg,
Berg), el neoclasicismo (Stravinsky), el nacionalismo (Falla, Turina,
Bartok), el serialismo (Webern, Boulez), el minimalismo (Glass,
Reich), el postromanticismo (W. Rihm).
2. La Música Electroacústica
ligada a la Tecnología
Lo que hoy denominamos música electroacústica
es un término que se definió en 1959 dado que hubo tres procesos
tecnológicos paralelos establecidos anteriormente.
La "música concreta", nacida en el Club d'Essai
de la Radio Televisión Francesa en París (1948) y definida por Pierre
Schaeffer (1910-1995) a partir de elementos sonoros pregrabados
denominados "concretos" y trabajados mediante discos monosurco,
que permitían reproducciones continuas y variaciones de velocidad,
es decir de altura, en función de la velocidad del disco. La necesidad
de crear fondos sonoros de uso radiofónico dio pie a establecer
un amplio archivo de sonidos con los que se podía trabajar. Así
nació la primera obra "Étude aux chemins de fer" (1948) y la metodología
se perfeccionaría siendo las obras cumbre "Symphonie pour un homme
seul" (1948-50) y "Orphee 51"(1951) creadas por Pierre Henry
(1927) y Pierre Schaeffer en colaboración (la compenetración del
músico con el técnico).
La "tape music"(música para magnetófono) iniciada
en 1951 por Vladimir Ussachevsky (1911) en la Universidad de Columbia
de Nueva York, utilizando por primera vez el magnetófono como reproductor
y grabador al mismo tiempo, estableciendo el efecto eco por repetición
utilizando anillos de cinta (tape loops). Destaca de aquella época
"Fantasy in Space"(1952) de Otto Luening (1900), colega de Ussachevsky
en la Universidad, utilizando la flauta como material sonoro, "Rapsodic
Variations" para cinta y orquesta sinfónica (1953/4) de O. Luening
y V. Ussachevsky. La creación musical con medios electroacústicos
se convertiría en una asignatura de la facultad de música y seguiría
la metodología universitaria.
La "música electrónica" establecida como continuación
de los trabajos de Werner Meyer-Eppler (1913-1960) en el Instituto
de Investigación de Telecomunicaciones y Teoría de la Información
de la Universidad de Bonn (RFA), siendo Herbert Eimert (1897) quien
establecería el Estudio de Música Electrónica del Westdeutscher
Rundfunk (WDR) en Colonia en 1951. Se partía de los principios físicos
del sonido: frecuencia, timbre, intensidad, escala de tiempo, con
la idea de sintetizar el sonido a partir de sus componentes más
simples con medios electrónicos (generadores de ondas), destacando
como producción "Glockenspiel" (1953) de Eimert, "Estudio I" (1953),
"Estudio II" (1954) y "Gesang der Juenglinge" (1955/6) de Karl-Heinz
Stockhausen (1928), "Artikulation"(1958) de Gyorgy Ligeti (1923).
La faceta fascinante de la música electrónica fue la posibilidad
de llevar al límite las teorías seriales de Anton Webern, de quien
Eimert era discípulo, todos los sonidos eran cuantificables, es
decir, serializables. Ya no se hablaba solamente de la serialización
de las alturas (notas), se serializaban las intensidades y otros
parámetros disponibles. La música electrónica permitía la precisión
a ultranza en la generación del sonido, teóricamente, pues la realidad
era algo distinta al pasar por los elementos analógicos de la época.
La utopía sólo sería realidad con la entrada de los ordenadores
en la tecnología musical.
Otro centro importante en aquellos años sería
el Studio di Fonologia de la RAI en Milán establecido en 1953. Cabe
mencionar como obras realizadas en dicho centro "Thema-Omaggio a
Joyce" (1958) de Luciano Berio (1925), "Fontana Mix" (1958/9) de
John Cage (1912-1994), "Musica su due dimensioni" (1958) de Bruno
Maderna (1920-1970), "Omaggio a Vedova" (1960) de Luigi Nonno, (1924-1990).
La producción radiofónica sería el móvil del establecimiento del
estudio.
Como se puede observar de lo mencionado anteriormente
los equipos de producción en la década de los 50 eran muy limitados:
- tocadiscos
- generadores de ondas
- mezcladores
- magnetófonos
- filtros
- reverberadores (cámaras o muelles), y un sinfín de equipos fabricados
a medida en función de los conocimientos de los técnicos que ejercían
en los citados estudios.
El alemán Harald Bode crearía el célebre "ringmodulator"
(modulador en anillo) que modulaba un sonido con un generador de
ondas sinusoidales, posteriormente crearía el "klangumwandler",
un modulador en continuo, creando secuencias de sonidos de frecuencias
ascendentes o descendentes.
Esto significa que cada laboratorio tenía sus
equipos propios con diseños únicos.
3. Sintetizadores
El concepto de una máquina de componer era un
elemento muy seductor y con razón se le daría el nombre de sintetizador.
Un equipo de RCA (Radio Corporation of America) trabajó en este
concepto desde 1951 construyendo el Electronic Music Synthesizer
Mark I y posteriormente la versión Mark II que en 1959 se incorporaría
al Columbia Princeton Electronic Music Center de Nueva York y con
el que el compositor Milton Babbitt (1916) realizaría muchos trabajos,
tanto de tipo pedagógico, de análisis musical, como de tipo compositivo
destacando la obra "Philomel" para soprano y cinta (1963/4). Esta
gran máquina disponía de bancos de osciladores (12 osciladores,
correspondientes a las 12 notas de una octava, pero que a su vez
se podían afinar de otra forma, según los deseos del programador),
unos modificadores de sonido, tal como filtros, resonadores, y generadores
de ruido blanco. Para poder trabajar de forma polifónica estos elementos
se multiplicarían por cuatro, que podían o no encadenarse, según
el tipo de estructura que se deseara trabajar (función puramente
musical). Como sistema de entrada de datos se utilizaban bandas
perforadas donde se prescribían alturas, octava, intensidades y
los elementos auxiliares, con sistemas de detección a base de escobillas.
Un equipo de concepto muy similar fue creado
por la sociedad alemana Siemens estableciendo a su alrededor el
Estudio de Música Electrónica de Múnich en 1957.
La aparición de nuevos equipos construidos
por Donald Buchla (1937) que utilizaban el concepto de control de
voltaje para definir las alturas de sonido y posteriormente utilizado
y perfeccionado por Robert A. Moog (1934) revolucionaron las posibilidades
de un estudio de música electrónica al crear unidades pequeñas de
tipo modular, fáciles de interconectar y con amplias posibilidades
musicales, permitiendo transformaciones en vivo en tiempo real en
los propios conciertos a partir de sonidos tornados vía micrófono.
En los años 70 los sintetizadores comerciales
hicieron irrupción en el mercado. En Europa fueron bastante populares
los Synthi fabricados por EMS en Londres, dirigido por Peter Zinovieff
(1933). Los japoneses, en particular Yamaha, tomarían esta idea
para crear los sintetizadores que hoy conocemos y supieron darles
una popularidad tal que los conjuntos de música pop se hicieron
con ellos como parte integrante de su equipo instrumental, con lo
que se logró que su calidad, prestación y precio fueran asequibles
a todo tipo de bolsillo y diera pie a que estuvieran al alcance
de cualquier centro musical, estudio de grabación o incluso compositor.
El ejemplo más patente es el DX7 de Yamaha.
4. Ordenadores
Cuando hablamos de sintetizadores generalmente
nos referimos a medios de producción de tipo analógico. Cuando hablamos
de ordenadores nos referimos a medios de producción digital. El
sonido se puede cuantificar como si se tratara de una onda repetitiva.
Los primeros ensayos de composición por ordenador se deben a Lejaren
A. Hiller (1924) y Leonard M. Isaacson (1925) creando la obra para
cuarteto de cuerda "Illiac Suite" (1955/6) utilizando el ordenador
Illiac de la Universidad de Urbana en Illinois (USA) y un programa
propio utilizando técnicas seriales y sistemas de interpretación
extraídos del "Cuarteto n.4" de Bela Bartok. Serían fundamentales
los trabajos realizados por Max V. Mathews (1926) en el Murray Hill
Behavioral Research Laboratory de Bell Telephone (USA) utilizando
ordenadores IBM 704 (1958/60), IBM 7090 (1960/3) a IBM 7094 (1963/6)
creando los programas Music I-V, resultando que la digitalización
del sonido resolvía toda una serie de problemas que los sistemas
analógicos eran incapaces de resolver permitiendo una síntesis perfecta
del sonido. La adición de sonidos analógicos creaba una serie de
interferencias que imposibilitaban la sincronización de ondas y
reducían los medios analógicos a que sólo se podían utilizar satisfactoriamente
partiendo de sonidos complejos y filtrando elementos para establecer
timbres aceptables. El ordenador puede resolver cualquier timbre
por adición, tan sólo es un problema de cálculo y la sincronización
de ondas es un hecho.
Apple Macintosh, creado por Steve Jobs, quien
posteriormente creara el Next, han permitido que el ordenador se
haya convertido en un instrumento polivalente, a nivel de composición
y a nivel de generación o transformación de sonido, con lo que el
estudio de música electrónica ha pasado a ser una realidad a nivel
individual o privada, cada compositor puede disponer de un equipo
para crear música en su propia casa y puede acceder a programas
vía línea telefónica.
5. La realidad española
Los primeros intentos de utilización de bandas
sonoras realizadas en estudios de grabación se deben a Luis de Pablo
(1930) para el cortometraje "A Través de San Sebastián" (1959) y
Cristóbal Halffter (1930) "A las cinco de la tarde" (1960) para
instrumentos y sonidos pregrabados, mientras que Josep M. Mestres
Quadreny (1929) realizaría una serie de grabaciones utilizadas en
piezas de concierto o como fondos musicales tal como "Peça
per a serra mecánica"(1964) para acompañar una escultura de Moisés
Villelia.
Previamente Juan Hidalgo (1927) compondría
su primera obra electroacústica "Étude de Stage" (1961) en el Service
de Recherche du Groupe de Recherches Musicales de la Radio Televisión
Francesa en París.
No hemos de olvidar la figura de Roberto Gerhard
(1896-1970) que realizaría toda su producción en Inglaterra, en
el estudio particular en su casa de Cambridge y en los estudios
de la BBC en Londres. Su personalidad ha sido un ejemplo vivo para
muchos compositores catalanes. Su primer trabajo electroacústico
sería la música de escena para "El prisionero"(1954) de Bridget
Boland para conjunto instrumental y cinta. Su obra electroacústica
más relevante es la Sinfonía "Collages" para orquesta y cinta (1960)
(revisado en 1967 recibiendo el nombre de Sinfonía n.3 "Collages").
6. El período Alea
Con el patrocinio de la familia Huarte Luis
de Pablo creó una asociación para la difusión de la música contemporánea,
con el fin de presentar al público de Madrid las últimas tendencias
de la música en sus más variadas facetas. Así logró en 1966 crear
el Estudio Alea como una extensión de la actividad concertística.
En el pequeño estudio de la calle San Bernabé se reunieron varios
Synthi (sintetizadores de maleta), algunos sistemas de transformación
de sonido y unos magnetófonos. Por este estudio pasarían una serie
de compositores como Tomás Marco (1942), Eduardo Polonio (1941),
Horacio Vaggione (1940). La labor del estudio se decantaría poco
a poco hacia la transformación del sonido en vivo, creando el conjunto
instrumental Música Electrónica Viva, integrado por Luis de Pablo,
E. Polonio y H. Vaggione, culminando sus actividades en los Encuentros
de Pamplona (1972). La problemática política suscitada en los citados
Encuentros precipitan la desintegración del Estudio Alea, que a
partir de aquellas fechas entra en el limbo, cerrando en 1977, en
parte por la falta del motor, el propio Luis de Pablo que aceptaría
la cátedra de composición en la Universidad en Montreal, Canada.
Los pocos años de actividad fueron cruciales en el desarrollo de
una toma de conciencia por parte de los compositores, obligándoles
a aceptar el reto de la experimentación gracias a la existencia
de un instrumento que estaba gratuitamente a la disposición de quien
quisiera utilizarlo.
7. El estudio Phonos
En 1968 con el fin de continuar los trabajos
realizados por Mestres Quadreny y satisfacer los encargos que le
planteaban, Andrés Lewin-Richter (1937), que había regresado de
Estados Unidos, donde había trabajado como asistente de Vladimir
Ussachevsky y Edgar Varese en el Columbia Princeton Electronic Music
Center de Nueva York, decidió establecer un estudio en su propio
domicilio, posibilitando la realizacion de la música para el pabellón
"Formica" de la Feria de Barcelona, y la música de escena para "Los
Delfines" de Salom y "El Caballero de Olmedo" de Lope de Vega, presentadas
en el Teatro Nacional de Barcelona. Este estudio recibiría el nombre
de Estudio de Música Electrónica de Barcelona, pero al estar en
un domicilio privado las posibilidades de expansión estaban necesariamente
limitadas.
La creacion de Phonos S.A. en 1974, con los
compositores J. M. Mestres Quadreny, A. Lewin-Richter, el ingeniero
infórmatico y experto en la creación de equipos electrónicos Luis
Callejo (1930-1987) y Rosa M. Quinto como gerente hizo posible el
establecimiento del Estudio Phonos en una casa de la calle Santa
Sofía Magdalena del barcelonés barrio de Sarriá. Sería providential
la llegada de Gabriel Brncic en la primavera de 1975, quien automáticamente
se convirtió en el maestro de los distintos grupos de compositores
que pasarían por el estudio, creando así una unidad pedagógica viva.
El primer concierto oficial tendría lugar en la Fundación Miró dentro
del Festival de Barcelona de 1976 estrenándose obras de Llorenç
Balsach (1953), L. Callejo, E. Polonio, A. Lewin-Richter, J. M.
Mestres Quadreny, Javier Navarrete (1956), Anna Bofill (1944) y
G. Brncic con el título general de "Espacios Sonoros".
A nivel tecnológico la figura de Lluis Callejo
dio un gran empuje al estudio, diseñando filtros, mezcladores, generadores
de sonidos estocásticos (el Stokos IV). Se logró la generación de
sonido por ordenador, idea de L. Callejo, utilizando un microprocesador
AIM 65 de Rockwell (1980), con programas desarrollados por Vicente
Larios y Conrado Dubé, como tesis final de carrera bajo la supervisión
del propio Callejo, profesor de la Politécnica de Barcelona. Todos
estos trabajos los sintetizaría en su pieza "Estructuras 6502"(1982).
Phonos ha mantenido su filosofía a lo largo
de los años, dedicándose fundamentalmente a acoger compositores
que hicieran uso de los equipos disponibles para la creación musical,
sin que se fijara una estética de partida, como sucediera en otros
estudios europeos controlados por "maestros compositores". Phonos
intenta ser una guía dentro del posibilismo tecnológico, sin tener
todos los recursos necesarios, pero ha abierto las puertas a los
compositores que han trabajado en Phonos la posibilidad de utilizar
otros estudios europeos con los más modernos avances tecnológicos,
permitiendo un trasiego de conocimientos fuera del propio ámbito
de Phonos, y siendo reconocido internacionalmente por su capacidad
creativa. El estudio fue posteriormente trasladado a la propia Fundación
Miró de Barcelona, donde celebraría anualmente los conciertos Phonos,
foro donde se presentaba la producción reciente con obras de otros
estudios españoles y de otros estudios a nivel international, haciendo
hincapié en la faceta espectáculo, es decir cinta y acción (instrumentista,
conjunto instrumental, audiovisual, ballet, etc.). Actualmente se
ha incorporado al Departamento Audiovisual de la Universidad Pompeu
Fabra de Barcelona, con lo que participa en la labor docente de
la citada universidad, que actualmente imparten Xavier Serra, doctorado
en el Center for Computer Research in Music and Acoustics (CCRMA)
de la Universidad de Stanford, California, y Gabriel Brncic.
8. Gabriel Brncic
A nivel pedagógico Gabriel Brncic es una bisagra
en el panorama electroacústico español y está íntimamente ligado
al quehacer musical de la vanguardia en España. Nació en Santiago
de Chile (1942), trabajó en Buenos Aires, donde completó su formación
musical y empezó su labor pedagógica en el Instituto Di Tella. En
1975 se radica en Barcelona y entra en contacto con Phonos que en
aquel momento nacía, siendo desde los inicios su director pedagógico
y tutor de todas las hornadas de compositores que pasaron y pasan
por dicho centro; al mismo tiempo supo ser un ejemplo en la práctica
musical, dado que se incorporó al GIC (Grup Instrumental Catalá)
dirigido por Carles Santos (1940), en calidad de intérprete de oboe
y viola. Con ello dio un nuevo cariz a la manera de componer de
los jóvenes músicos, pues se alternaba la docencia, la composición
musical y la interpretación de obras de vanguardia. La composición
se convierte en una vivencia.
A to largo de los años Brncic ha estado ligado
con muchas instituciones donde ha sabido difundir su entusiasmo
por la música, reconvirtiendo músicos, mostrándoles nuevos caminos
como compositores, en particular si procedían del mundo pop, haciéndoles
ver sus valores propios. Así le vemos ligado a la Escuela Zeleste
de Barcelona y al Gabinete del Conservatorio de Cuenca, ha impulsado
la creación de muchos estudios electroacústicos en España, destacando
los de los Conservatorios de Málaga y San Sebastián, realizando
los anteproyectos, la memoria, la defensa ante autoridades, entusiasmando
los claustros.
Sus composiciones le han hecho merecedor de
una beta Guggenheim (USA), el premio del GMEB de Bourges, el premio
Ciudad de Barcelona, entre otros.
9. Otros intentos
Cabe mencionar un laboratorio privado en San
Sebastián creado en 1973 por José Luis Isasa, pero tuvo una actividad
efímera.
El laboratorio ACTUM establecido por José Luis
Berenguer en Valencia en 1975 ligado a la Facultad de Arquitectura.
Debemos mencionar que Berenguer era un experto en electrónica y
fue capaz de crear muchos elementos de transformación de sonido,
pero que quedaron rápidamente obsoletos. ACTUM, creado en 1973,
sería también una asociación de conciertos de música contemporánea,
alrededor de la figura de Llorens Barber que cristalizaría en las
Primeras Jornadas de Música Alternativa ENSEMS 1979 en Valencia.
En 1977 se crea GEME (Grupo Experimental de
Música Electrónica) en Madrid alrededor de Javier Maderuelo, Javier
G. Álvarez, Emiliano del Cerro y Francisco Guerrero en donde se
trabajaba la composición musical y la producción sonora con el programa
Music V de M. Mathews, tenieniendo lugar la primera manifestación
pública con motivo de la feria CITEMA de Madrid en 1978, donde también
participarían J. M. Mestres Quadreny y L.Callejo presentando sus
trabajos con ordenador realizados en la Politécnica de Barcelona.
1O. El Gabiente de Música Electrónica
de Cuenca
La idea de este estudio fue original de Jesús
Villa-Rojo, clarinetista y compositor, conocido en el mundo musical
por su Laboratorio de Interpretación Musical (LIM), quien en aquel
entonces había sido nombrado director del Conservatorio de Cuenca,
queriendo dar una proyección a la institución como extensión del
Museo de Arte Abstracto y del Festival de Música Religiosa de Cuenca,
estableciendo un polo de música contemporánea. Presentó un presupuesto
y éste fue aprobado por la Diputación de Cuenca en 1981, cuando
ya Villa-Rojo no era director de la institución, siendo director
Jesús López de Osaba, quien a su vez acudió a Cristóbal Halffter
para definir la inversión. Se utilizaría como modelo el estudio
del Conservatorio de Stuttgart (RFA) y así se compró un Synthi 100
(fabricado por el EMS de Zinovieff), el único modelo en España.
El estudio se inauguraría en 1983, sin compositor en residenciay
tan sólo un técnico, Leopoldo Amigo. Se intentó dar una proyección
nacional atrayendo compositores de la geografía española, con cursillos
a cargo de Horacio Vaggione, la celebración de las Jornadas de Música
Electroacústica (1984), organizadas por Enrique X. Macías, encargos
a compositores. Finalmente se recurrió a contratar de forma estable
a G. Brncic, que lo ha convertido en un centro al que acuden jóvenes
compositores del centro y del sur de España, y al que ha dado una
proyección internacional gracias a las anuales jornadas Internacionales
de Música y Ordenadores, a donde se invitan compositores a exponer
sus nuevas técnicas de composición.
11. Laboratorio de Informática
y Electrónica Musical del Centro para la Difusión
de la Música Contemporánea (LIEM-CDMC)
El nombramiento de Tomás Marco al frente del
Centro hizo posible su despegue. La misión del CDMC era la creación
de un centro oficial para la difusión de la música, patrocinado
por el Ministerio de Cultura y que se debía enclavar en el Centro
Reina Sofia. El CDMC hizo y hace una amplia política de conciertos,
subvenciones a grupos instrumentales, festivales de música donde
se da un peso importante a la música de los compositores españoles,
encargos. Como extensión en sus amplios locales creó un estudio
electroacústico en 1987 muy bien equipado con los últimos recursos
de la época, nombrando como director a Adolfo Núñez (1954), que
había trabajado en el CCRMA de Stanford.
Este estudio funciona como una unidad abierta
a todos los compositores interesados en la producción electroacústica
previa presentación de un proyecto. La composición se posibilita
gracias a la experta ayuda de dos técnicos.
12. Asociación de Música
Eletroacústica de España (AMEE)
Por iniciativa de un grupo de compositores alrededor
de Phonos se decidió crear en 1985 una Asociación de acuerdo con
los patrones internacionales y adherirse a la Confederación Internacional
de Música Electroacústica con sede en el GMEB de Bourges. Su primer
presidente, Eduardo Polonio, dio un fuerte impulso a esta idea,
aglutinando compositores de toda la geografía española y creando
el Festival Punto de Encuentro que se viene celebrando en Madrid,
foro donde se presentan las últimas creaciones electroacústicas
de los compositores españoles, y a la vez sirve de arena para exponer
nuevos recursos tecnológicos, un verdadero punto de encuentro. En
este momento la presidencia es ostentada por José Manuel Berenguer
(1955), continuador de la línea establecida. La AMEE aglutina compositores
y centros de composición (estudios) con la idea de dar una proyección
internacional a la producción de sus asociados, siendo un magnífico
ejemplo el CD "Presencia de Luigi Nono", composición colectiva con
29 fragmentos dedicados a la memoria de Luigi Nono, que fuera presentado
en público en el Punto de Encuentro de noviembre 1990.
13. Conclusiones
El presente trabajo de Gabriel Brncic hace una
recopilación de un estado de cosas en el sector de la música electroacústica,
que ha sido posible gracias al apoyo de la SGAE.
Durante muchos años se ha luchado para que
todo conservatorio tuviera un estudio de música electroacústica
con los medios más adecuados, pensando que hoy no se puede disociar
la música del fenómeno de la grabación y los principios físicos
de la acústica, y que todo compositor y músico tuviera una experiencia
en el mundo de la grabación. Por extensión todo músico debería conocer
las posibilidades de la transformación del sonido y conocer acústica,
lo que es fácil de comprender con la ayuda de medios electrónicos.
Finalmente el ordenador ha penetrado en la realidad de nuestras
vidas, y esto forma parte de nuestra cultura del presente.
El ordenador es capaz de realizar operaciones
rutinarias y repetitivas con una facilidad pasmosa, y por to tanto
debería ser un recurso para permitirnos eliminar la parte puramente
artesana de la creación musical -o por lo menos simplificarla- y
en cambio concentrar nuestros esfuerzos en la parte creativa, en
la generación de ideas.
Artículo publicado originalmente en
la obra "Guia Profesional de Laboratorios de Música
Electroacústica" de Gabriel Brncic
Editado por la SGAE y Fundación Autor, 1998
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